A veces pienso quién soy, qué soy, qué es esa imagen que veo reflejada en el espejo cada mañana; figura esperpéntica atada al mundo por sogas de locura.
A veces siento quién soy, entre la sordidez del mundo, oigo mis carcajadas que se elevan al cielo entre bocanadas de humo, que emanan de mis labios.
A veces, incluso, se quién soy. En ese momento mi alma sale a volar escapando de mi ser. Después, botella en mano, me siento en el jardín esperando a que vuelva; atraviesa la noche en silencio, juega a perderse, a escabullirse entre las estrellas..
Y yo, mientras, pienso, siento, no se... quién soy.
6 comentarios:
...luego existes :D
parece que últimamente se siente mucha filosofía cartesiana por el blog.
Al contrario de lo que dicen los más recientes estudios científicos, la dualidad mente-cuerpo, aunque sin entrar en un terreno espiritual, siempre estará ahí.
Doy fe de este hecho:)
Al menos a mi me ocurre a menudo, sobre todo los viernes y sábados a altas horas de la madrugada...jejeje
La dualidad mente-cuerpo es un invento del hombre, un invento de la más pura imaginación de la evolución. Nuestra inteligencia nos convierte en seres superiores aparentemente a los que nos rodean, nos pervierte, nos justifica espiritualmente. Todo es mentira: "Lo único que sube al cielo son los pedos que se tiran los gusanos al comerse tus despojos". Esa es la única realidad.
Vuelvo al tema que me interesa. "El espejo es el reflejo del alma". Otra mentira, el espejo es el reflejo de de lo que tiene delante. Partiendo de que tu alma es algo imaginario, el espejo refleja lo poco que eres en cada momento, muy poco. Sin embargo, lo que tú eres en realidad no lo ve el espejo. Tú reflejas lo que fuiste, lo que diste , lo que regalaste a cambio de nada, lo que amaste.
El mundo reflejado en los espejos es el propio espejo de la superficialidad.
"Debería estar prohibido haber vivido y no haber amado". Eso es lo que eres, el recuerdo de alguien. Ese es tu espejo.
Voto por la abolición del espejo y por un mundo de cristal.
Martín tienes toda la razón, por eso no entiendo quién no te deja publicar el comentario. Aún quedamos unos pocos que valoramos a los demás por lo que son y no por lo que aparentan.
Ahora os voy a confiar un secreto: Si un día me hice seguidora de este blog y luego acepté participar en él fue por que me sentí totalmente
identíficada con un montón de ideas, sobre todo con aquella que mantenía Ray en su post "Aquellos maravillosos cerdos" de defender una idea hasta el final aunque pienses todo lo contrario.
Que cada cúal juzgue mis escritos como mejor le parezca, para eso está la libertad de expresión, pero nunca os creais todo lo que cuento.:)
Creo que cada día soy algo más cerda!!!!:P
Que va era que cuando lo escribí estaba borracho y no lo vi publicado como comentario por eso lo puse como una entrada de blog. Al día siguiente lo borré como entrada y lo dejé aquí.
Algún día publicare algo mejor y más literario a ver si cuando acabe el infierno de los exámene. Haré una nueva sección: Lo que pienso cuando estoy borracho jeje Además me gusta llevarle la contraria a Serch y borracho mucho más jeje
Un saludiño me encanta todo lo que escribes aquí
jaja, bueno, lo de llevar la contrario sí que se te da bien!! :P
como te decía el otro día de vuelta pa casa, para mí el espejo refleja muchas más cosas de las que tú dices, ya que, aunque no te parezca, lo de que la cara es el espejo del alma lo veo bastante cierto. Todas nuestras actitudes, nuestra forma de ser, incluso de pensar pueden quedar reflejadas en una simple mirada, o en algún gesto traicionero. Al fin y al cabo, la superficialidad de nuestro cuerpo y de nuestro rostro viene siendo la expresión de lo que está debajo, que intenta salir al mundo ( jaja ).
Y nada, yo creo que la dualidad mente-cuerpo, aunque inexistente, es algo muy necesario. A veces, me parece imprescindible volar lejos de mí mismo y del mundo, sentirme libre un instante, observarme desde el cielo :P, como si no fuese más que un puntito en la distancia. Sentir que, dentro de nuestra insignificancia, todavía tenemos algo enteramente nuestro y que nadie nos podrá arrebatar.
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