martes, 20 de abril de 2010

Diario de a bordo.


Meses ha que estoy embarcado en el 'Coyote de los Mares' buscando llenar mi corazón, vacío como la bodega de los comerciantes que saqueamos la mañana de ayer. La seguridad de puerto, la cantina, el ron que embotaba mi alma estaba haciendo estragos en mi ya mal carácter, así que cuando, paseando entre los muelles donde aguardan fondeados buques de cada punta del mundo, ví un clipper que buscaba tripulantes, subí a bordo y me ofrecí como marinero de segunda, friegacubiertas y trepamástiles.

Y aquí me hallo hoy, después de algunos lances que merecen un dulce recuerdo en mi alma, haciendo algo de memoria por si la noche me trae a la muerte vestida de corsario negro o comandante británico. Pues hay que decir que es ésta una forma de vida que llena el espíritu de fresca brisa a cada bocanada de aire. Pero es deber decir también que se vive sin saber a ciencia cierta qué le depara a uno el día, repleto de rutina de marino, o las noches en puertos de los mares del sur, aspirando el denso humo de los más sucios y peligrosos locales donde se juega la vida por un naipe o por una mala mujer.
Tomamos rumbo sur-suroeste desde Madeira para tratar de aprovechar las corrientes que surcan el océano y así evitar a la Armada británica, siempre hambrienta de oro y buques rápidos, para virar luego y encarar rumbo al Caribe. Nos dirigíamos tal vez a Antigua, punto de partida de cualquier expedición en busca de tesoros en las pequeñas islas que abundan en ese mar.
La singladura no anduvo escasa en abordajes de barcos españoles, sacando de ellos la comida y el agua que nos permitieron mantener lejos el escorbuto, y algunos cofres de oro procedente de las colonias en ultramar. He empezado a olvidar mi piedad y los hombres que suplican por su vida han dejado de impresionarme; he segado ya muchos gaznates y la sangre que cubre mis manos ya las oscurece invariablemente.
Me pregunto si no andaría desencaminado aquel viejo lobo de mar, amigo y compañero de mi tierra de origen, cuando hablaba de que el camino que me dirigía a tomar sólo me traería de vuelta a puerto más viejo, cansado y sólo. 
Pero no puedo frenar mi impulso, o me vería abocado a anudar una soga y buscar un roble robusto donde poner fin a mi angustia.
Así que llegamos por fin a los puertos interiores de Antigua. Las mujeres nativas y el ron fueron el pasatiempo de aquellos días, y alguna reyerta en los bajos fondos a punto estuvo de ser la última de éste que escribe. Nuestro capitán nos sacó de allí en cuanto tuvo en sus manos el mapa que ahora nos guía allén de los mares.
Trataremos de pasar el estrecho de Magallanes esta semana. Es un paso terrible, donde los marinos que lo han cruzado hablan de mar arbolada los días buenos y montañosa los regulares. 

En fin, es un camino que algunos despreciarán. Otros reirán. Pero llena mi corazón de emociones y me hace olvidar a la mujer por la que huí de mi pasado. El tatuaje en mi brazo hace que nunca sea un olvido completo, pero las cicatrices a espada y navaja van borrando poco a poco su nombre. Y eso hace que algunos atardeceres desde la borda vea descender el sol hacia un horizonte rojizo de este mar Caribe y pueda sonreír. Y si la muerte me alcanza traída por los vientos, no seré yo quien muera arrinconado en su mohosa habitación a cuya puerta miraba en espera de la vida. Yo habré salido a buscarla, y moriré orgulloso de ello.

Engrasabotavaras Iago, a unas 100 millas de las costas de Islas Malvinas

11 comentarios:

Serch dijo...

Un pirata del Coyote de los Mares, de las posibles metáforas autobiográficas, sin duda la mejor.
jaja, está muy gracioso.

Iago dijo...

Veo que pescas el fondo del asunto. No esperaba menos de ti. :D

fini dijo...

Pues yo no la pillo...si me sacas de piratas del caribe no me entero....aayy!!! quién fuese Keira knightley... surcaría todos los mares del mundo si a bordo me escoltase Orlando Bloom, y Jhonny Deep, también...:D

De todas maneras, me gustó mucho el post!!!

Serch dijo...

la verdad es que no se sigue fácil si no te mueves en la atmósfera del pirata este, pero bueno, aún así es orginal!!

Iago dijo...

Bueno, dado que este blog tiene 3 lectores, uno soy yo y sergio sabe de que va, te lo voy a explicar, fini. Resulta que hace unos 6 meses que se termino una relacion de cinco años en la que yo estaba muy volcado. Y a consecuencia de esto me estoy dando a la vida de la mayoria de tios de mi edad: salir a pillar todo lo que se pueda. No me va mal, y me esta ayudando algo. El caso es que hay algun lobo de mar que no esta nada de acuerdo con esta filosofia, y por eso le dedique esta saga para hacerlo mas bonito. Espero que os gustase. :)

Serch dijo...

jaja, que va, que esto lo lee algún otro cabrón por ahí adelante... xD
otra cosa es que no escriban!!

fini dijo...

Me alegra saber que has descubierto que hay vida más allá de la pareja...de todas maneras permíteme que te de un consejo...yo que de esto se mucho porque llevo 15 años con el mismo... es mejor quedarse para vestir santos, que desvestir gilipollas...
un beso, para los dos!!!!

fini dijo...

NOTA ACLARATORIA: no se si me he explicado bien, pero estoy encantada con mi pareja, lo que quiero decir es que en este afán por no quedarnos sólos no siempre escogemos lo mejor. No se si te servirá de consuelo pero en este último año el 90% de mis conocidos se han separado, y el resto andan a la greña todo el día, con lo cual visto el panorama...:D

Hace años, después de un trance como este, un amigo me dedico la siguiente frase, ahora es tuya.. "la pena, no vale la pena" (Ferrater Mora).

Serch dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Serch dijo...

jaja, que buena frase y qué cierta!!
ya te la diré más veces yagumen!!

"ais, con lo bonito que sería de ti guardar un precioso recuerdo... no lo estropees con palabras de amor, no lo estropees con miradas suplicantes... vete. Y que el cielo nos proteja de volvernos a ver"

Esa si que es una buena frase de cerdo-ególatra!! toma ya!!

Iago dijo...

Supongo que cada uno tiene su vision, basicamente porque cada uno esta en un momento distinto. Y yo en este solo hago lo que me pide el cuerpo. Eso no puede ser malo... temporalmente.
Y lo compruebo cuando me veo en el espejo retrovisor sacando los dientes al mundo como un coyote enfurecido, con unas ganas de vivir que habia olvidado en un sofa al lado de alguien. Esa sonrisa que vuelve a mi cara me dice que no estoy caminando por el barro, aun. :)

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