Hoy es el día, el momento ha llegado
la inocencia perdida, de la golondrina que vuela,
se esparce por el suelo
como escarcha de invierno.
Impregnada la hiedra de color esperanza,
se enreda en los troncos,
que una vez, antaño, fueron tapizados de la melancolía
que salpica esos corazones estrujados.
Pueblos vacíos, abandonados,
hilos que penden de las ventanas,
zapatos sin pies desnudos,
horas que ya no tienen medias.
Melodías encadenadas con arenas del desierto,
letras ensoñadas,
candidez olvidada,
entre las nubes del pasado.
Y entre piedra y piedra del camino,
cientos de semillas
de la primavera que pronto vendrá
buscando un corazón donde poder anidar.
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