miércoles, 14 de julio de 2010

Los Puntos de Vista: La Unión Forzada y el Acuerdo Desinteresado. (Principios)

Bueno, aquí intento ir organizando algunas ideas antes de que las olvide, como casi siempre hago. Todavía son tan solo un par de tonterías, pero espero organizarlas y desarrollarlas cuando sea un poco menos ignorante en los temas que intento tratar. Espero que no se malinterprenten, pues son solo palabras.


Desde que el hombre se desarrolló como ser pensante y gracias al nacimiento del lenguaje y la escritura, ha sido posible que el conocimiento acumulado se haya transmitido generación tras generación hasta nuestros días.
Esto ha posibilitado el aprendizaje tal y como lo conocemos hoy día.
Además, el acercamiento de la cultura y el conocimiento a la gente, de una forma casi global, posibilita que cada persona pueda ser dueña de su mente, poseedora de su propia opinión en cualquier tema.
De hecho, estoy convencido de que el mundo es totalmente diferente visto a través de personas diferentes. Cada uno posee un punto de vista propio y único que es el que define al mundo ante sus ojos. Lo que para uno es blanco, para otro es negro y ambas son verdades de carácter relativo a sus puntos de vista.
No quiero decir con esto que toda discusión sea infundada, ni que todos tenemos razón siempre, ahí es donde entran, poco a poco, los dos temas que quería iniciar hoy.

La Unión Forzada. 



Imaginemos que nuestro pensamiento fuese una gota de agua. Gota a gota, el lavabo se llena de pensamientos, de ideas únicas, de puntos de vista diferenciados. Eventualmente el agua terminaría por desbordar el lavabo e inundaría el baño, digamos que en este punto se llega al caos. Para evitar esto, surge la política. En esta absurda comparación, la política sería el agujero, en la parte superior de nuestro lavabo, que evita que este se desborde cuando el torrente de agua no es desmesurado. Como no podría ser de otra forma, la idea teórica de la política como salvadora se ve superada por los acontecimientos, evoluciona (a lo largo de los siglos) hasta llegar a lo que hoy conocemos. Digamos que el capitalismo es la mano que tira de la cadena del tapón del desagüe. En pocos segundos (100 o 200 años), el torrente de diversidad ideológica se ve fluyendo por una única tubería, queriendo o no, cada gota de agua se ve obligada a terminar en el mismo sitio.
Realmente la comparación es desafortunada, no quiero decir que hoy día nuestros ideales estén condenados a recorrer las alcantarillas, pero poco menos. La sociedad capitalista crea unas necesidades dentro de nosotros, todos somos influenciables, queramos o no, y nuestros puntos de vista se ven forzados a converger. La política, los periódicos, medios informativos, publicidad... todos ellos incrustan en nuestras mentes, a fuerza de repetición, los valores que necesitamos para ser piezas del sistema.
Irrevocablemente, nuestros pensamientos a cerca de temas cruciales como la forma de gobierno, las leyes, el dinero... o también, la belleza, el bien y el mal, el amor... se ven totalmente encauzados por la sociedad en que vivimos. Podremos discrepar en uno u otro punto, pero siempre dando por sentada la base de todo, por ejemplo:
"Un sujeto puede tener una ideología cercana al partido A y otro al partido B. Hablarán, tratarán de explicar sus posturas, pero siempre dando por sentado, ambas partes, que en este sistema, se vota al partido A o al partido B, es un sistema democrático bipartidista, no es necesario preguntarse por qué, ni si sería mejor otro sistema. Además, interiormente, ambos sabrán que prácticamente tienen iguales valores ambos partidos, dato que es necesario desechar para iniciar la conversación".
Creo que estamos tan influenciados que en cierta medida, nuestros puntos de vista se ven obligados a unirse, sino totalmente, casi.
Los miembros de la sociedad con puntos de vista muy discrepantes están condenados a la marginación, la delincuencia o, en todo caso al perpetuo silencio.

El Acuerdo Desinteresado.

El Acuerdo Desinteresado es una actitud prácticamente involuntaria frente a las cuestiones sociales. La gente que practica el acuerdo desinteresado es el engranaje perfecto sobre el que se asienta cualquier tipo de sistema. En este caso, el punto de vista del sujeto está tan influenciado que da por sentado que las cosas son así porque tienen que ser así. No hay preguntas que hacerse, ni ideas que debatir. Para este sujeto, todo cae por su propio peso. El bien y el mal, la moral, la ley, son asuntos que alguien un día escribió en un papel, y así son, no hay vuelta que darle.
El sujeto desinteresado solo se preocupa de trabajar para tener dinero. De tener dinero para llegar a fin de mes. Una vez cubiertas sus necesidades básicas, el sujeto desinteresado va inconscientemente ascendiendo la Pirámide de Maslow, pero, probablemente, sin llegar nunca a su cima. Lo importante entonces será intentar destacar un poco por encima de otros sujetos desinteresados, estando a la vanguardia en tecnología, motorización, etc. en resumen, mostrando un poco de opulencia, que es lo que nos dicta el capitalismo que es lo bueno.

En definitiva, es una aunténtica tragedia que tanta diversidad, tantas perspectivas y tantos ideales que se formarían en cada persona moralmente libre, se vean condenados a sucumbir, en el mejor de los casos, y a nunca formarse, en la mayoría, porque el sistema ya se encarga de que esto sea así. Se autoprotege de agresiones internas, como si los puntos de vista de sus integrantes fuesen una enfermedad de la que necesita vacunarse.

1 comentario:

fini dijo...

Afortunadamente a lo largo de los siglos siempre han aparecido "marginados" que vistos desde la lejanía los recordamos como heroes: Nelson Mandela, Rosa de Luxemburgo, Ghandi, Jhon Stuart Mills, Clara Campoamor...y también podemos recordar a todos aquellos que aún siendo pequeños grupos resistieron ante algo que pensaron no era justo: "os Irmandiños"...sólo echo en falta, en los tiempos que corren, alguién que piense libremente y que sea capaz de mantenernos unidos como si estuviésemos de "mundial" permanentemente. Pero claro, sólo es el sueño de una marginada, que no quiere pensar como los demás.

Buena reflexión, el sueño de una sola persona está avocado a perderse, pero si muchos soñamos lo mismo podemos luchar y conseguirlo...:)

un abrazo.

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