viernes, 12 de noviembre de 2010

Querido Papá Nöel

Querido Papá Nöel:

                             Ya sé que es pronto para enviarte la carta,  pero hoy al ir al hiper me ha embargado ese no se que, al ver los adornos navideños. No puedo remediarlo, rememoro con nostalgia aquellos años en los que esperaba con ansiedad que tuvieses buena voluntad y dejases algo en mi casa. Hoy, por más que quiero, no puedo más que rasgarme las vestiduras pensando que dentro de quince días comenzará de nuevo, un año más, la vorágine navideña. Reconozco que siempre he disfrutado y participado de ella, pero en cambio este año, no puedo. Al igual que la burbuja inmobiliaria, una alarma ha estallado en mi cabeza, iluminando a cada paso que doy, toda muestra de insensatez. Las estanterías llenas de juguetes nuevos, con esas caritas relucientes y recién salidos de la peluquería me han recordado a esas criaturitas saharauis que jamás volverán a ver a sus padres, y a los keniatas que se mueren de hambre, mientras aquí tenemos peluches que hacen caquitas. Siempre creí que la mayoría de la gente no pensaba en estas cosas porque sucedían demasiado lejos de sus confortables hogares. Pero que equivocada estaba. Llevamos dos años inmersos en una crisis, que sin poder ser comparable con la 1929, es la más dura que hemos conocido, y que hacemos, girar la cara para no verlo. El paro sigue aumentando, la inflación, los impuestos, cada vez se decretan más leyes a golpe de martillo...y nosotros qué hacemos, girar la cara para no verlo.

Querido Papá Nöel, como este año he sido muy buena quisiera pedirte una cosa, porque jamás lo he hecho.
No podemos seguir siendo como los monos de Gibraltar. No pueden volver a encadenarnos, después de lo mucho que algunos han luchado, no pueden ensordecernos matando mosquitos a cañonazos, y sobre todo no pueden callarnos cortándonos la lengua como hacían los egipcios a sus esclavos.

Sólo te pido que repartas cordura, supongo que así lo demás vendrá rodado. Y otro año más, como buena celta adornaré el árbol y protegeré mi casa con muérdago, como lo hacían antaño. Reuniré a mi familia, daremos la bienvenida al invierno y al año nuevo acordándonos de los que ya no están. Y otro año más, seré feliz de nuevo, porque eso es la Navidad.

Un beso,

                     fini.

2 comentarios:

fini dijo...

Perdón, ya se que prometí algo alegre,jejejeje.

Debe de ser este tiempo gris, que me nubla las ideas.

Serch dijo...

esperemos que no haya que esperar por el buen tiempo, sino, va a llover... :D

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